Mitos financieros frecuentes sobre la jubilación
- Juan Lopez Falconi

- 23 nov
- 5 Min. de lectura

¿Qué significa realmente la jubilación? La jubilación es una etapa que muchos esperan con alegría, como lo sugiere su origen latino iubilare, que implica celebrarlo como un momento especial tras años de trabajo.
Sin embargo, aunque la idea predominante es que este periodo será de júbilo, la realidad puede ser diferente y está marcada por imprevistos, especialmente relacionados con la salud y las finanzas, en un momento donde la pensión suele ser el único ingreso si se ha planificado adecuadamente.
También llegar a ese momento puede marcar el inicio de una etapa donde la experiencia adquirida se convierte en el principal recurso para construir un nuevo proyecto de vida.
Puede ser la oportunidad de redefinir objetivos y buscar actividades que generen satisfacción personal y bienestar, como el voluntariado, el aprendizaje de nuevas habilidades o incluso iniciar emprendimientos que permitan mantenerse activo y socialmente involucrado.
Aquí algunos mitos comunes que suelen influir en la percepción sobre la jubilación y que conviene analizar con detenimiento, ya que muchas veces las expectativas no se ajustan a las realidades financieras y personales de esta etapa.
Mito 1: Mi pensión será suficiente
Es común pensar que la pensión cubrirá todas las necesidades durante la vejez. No obstante, quienes desean jubilarse requieren un respaldo financiero adicional, bajo los actuales esquemas de pensiones.
Por esta razón, muchas personas continúan trabajando después de la edad de jubilación para poder cubrir estos gastos. Las tendencias económicas indican que depender solo de una pensión podría no ser suficiente.
Si eres Ley 73 tu pensión será calculada tomando en cuenta las semanas cotizadas y el salario promedio de los últimos cinco años trabajados, lo cual puede resultar en una pensión más estable si se cuenta con una trayectoria laboral constante y formal.
Y en el caso de que seas Ley 97 tu pensión dependerá principalmente del saldo acumulado en tu cuenta individual, el cual será resultado de tus aportaciones, las del patrón y el gobierno, así como de tu ahorro complementario y del rendimiento que genere tu Afore.
En ambos escenarios, los gastos potenciales —como un seguro de gastos médicos mayores, presiones económicas u otros imprevistos— representan variables que pueden ser gestionadas mediante un ahorro que te genere un capital adicional.
Mito 2: Podré seguir trabajando después de mi Jubilación
La creencia de que se podrá seguir trabajando tras la jubilación es común, especialmente entre quienes se mantienen sanos y disfrutan de su trabajo. Y aunque la edad promedio de retiro es de 65 años, muchas jubilaciones ocurren antes de lo planeado debido a problemas de salud o despidos.
De hecho, casi la mitad de los jubilados ha tenido que dejar su empleo antes de lo esperado, generalmente por razones involuntarias, lo cual afecta sustancialmente sus ingresos, ahorros y planificación financiera.
Por otra parte, es importante considerar que la situación laboral y de salud puede cambiar repentinamente, lo que hace aún más incierta la posibilidad de prolongar la vida laboral después de la jubilación.
Por ello, anticipar distintas alternativas y prepararse financieramente para escenarios imprevistos ayuda a minimizar riesgos y asegurar una mejor calidad de vida en la vejez.
Mito 3: Viviré tranquilo de mis rentas
Es un error pensar que las rentas inmobiliarias por sí solas serán suficientes para cubrir todas las necesidades en la vejez. Los ingresos por renta pueden ser variables, y factores como el mantenimiento de la propiedad, los impuestos y posibles periodos sin inquilinos deben tomarse en cuenta.
Además, depender únicamente de estos ingresos podría no ser suficiente ante imprevistos o cambios en el mercado inmobiliario. Por ello, es recomendable complementar este tipo de ingresos con otras fuentes y estrategias de ahorro para lograr una mayor estabilidad financiera.
Ser dueño de una vivienda aporta estabilidad, pero no garantiza por sí solo la tranquilidad económica en la jubilación.
Mito 4: Mis hijos cuidarán de mí
Tradicionalmente, los padres han confiado en que sus hijos los apoyarán en la vejez, pero esta dinámica está cambiando.
Hoy en día, los hijos suelen tener sus propios compromisos laborales y familiares, lo que limita el apoyo que pueden brindar a los padres en edad avanzada.
Además, las nuevas generaciones tienden a mudarse a otras ciudades o incluso al extranjero, dificultando el acompañamiento constante.
Por otra parte, enfrentan mayores dificultades económicas y no pueden asegurar el mismo nivel de seguridad financiera que sus padres.
Por eso, es fundamental no depender completamente de los hijos para el cuidado durante la vejez y buscar alternativas como seguros, ahorro, inversiones y redes de apoyo social que ofrezcan respaldo en caso de necesitar asistencia.
Mito 5: Ahorraré para mi Jubilación cuando gane más y pague mis deudas
Otro error es posponer el ahorro para la jubilación con la esperanza de contar con mayores ingresos o haber liquidado todas las deudas es una decisión que puede afectar el crecimiento de los recursos destinados al retiro.
En realidad, las inversiones y los ahorros tienen un mayor potencial de crecimiento a lo largo del tiempo, por lo que iniciar el ahorro cuanto antes, aunque sea con montos pequeños, resulta clave para contar con una base financiera sólida en la vejez.
El dinero que se invierte desde edades tempranas puede multiplicarse considerablemente para cuando llegue el momento de jubilarse. Adoptar el hábito del ahorro desde ahora, incluso si es solo una pequeña parte del sueldo, es esencial para construir un patrimonio que permita disfrutar de la jubilación con mayor tranquilidad.
Es recomendable invertir los ahorros buscando mejores rendimientos que protejan y hagan crecer el dinero destinado a la jubilación.
Además, existe la idea equivocada de que mantener dinero en una cuenta de ahorros es suficiente y que invertir no es necesario. Sin embargo, la inflación puede reducir el valor de esos fondos con el paso del tiempo, disminuyendo su poder adquisitivo.
Mito 6: Planearé mi pensión cuando esté cerca de jubilarme
Dejar la planificación de la pensión para el último momento es otro error común que puede traer consecuencias adversas. La jubilación requiere una estrategia de largo plazo, porque las decisiones tomadas muchos años antes influyen directamente en los ingresos y la estabilidad a futuro.
También hay factores como cambios legislativos, en el mercado laboral y en la expectativa de vida que pueden alterar la cantidad necesaria para vivir cómodamente.
Informarse y estructurar el plan de pensión desde ahora ayuda a aprovechar beneficios fiscales, mejorar inversiones y evitar imprevistos desagradables.
Prepararse con tiempo brinda tranquilidad y flexibilidad frente a cualquier eventualidad previa a la jubilación.
Como conclusión, la jubilación debe considerarse como el inicio de una etapa orientada al desarrollo personal y la optimización de los años futuros con sentido y satisfacción. Sin embargo, para lograr este objetivo, resulta fundamental contar con una estrategia financiera sólida, respaldada por instrumentos de protección adecuados, ahorro e inversión que aseguren estabilidad económica.
¿Cómo está tu planeación financiera de la vejez?




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