¿Cómo es tu relación con el dinero? ¿Eres ahorrador, previsor o comprador compulsivo? ¿Sí sabías que en esta relación influyen tu personalidad, tu cultura familiar, tu historia personal y tus emociones?
La psicología dice que nuestra relación con el dinero siempre es conflictiva, así que no te preocupes, mejor ocúpate de ella.
Porque si quieres alcanzar el bienestar financiero, cumplir con tus sueños o metas financieras, necesitas comprender qué te condiciona o motiva para ir más allá.
La manera como administramos nuestro dinero habla de cómo somos.
Si leíste el libro o viste la película “Comer, rezar, amar” recordarás que la protagonista toma la decisión de cambiar su vida para encontrarse y aceptarse a sí misma -sin conformarse- rompiendo con lo establecido.
¿Y si hacemos lo mismo en esta relación?
Gastar
Gastar dinero es algo que todos hacemos. Se necesita para cubrir las necesidades básicas u otras no tan básicas, pero sí muy importantes, como el crecimiento y el esparcimiento.
El problema es cuando el gasto es mayor al ingreso, cuando no observamos los gastos hormiga y los gastos vampiro.
Decía el economista Milton Friedman que hay cuatro opciones: gastar el dinero en ti, gastarlo en otro, gastar el dinero de otro en ti o el dinero de otro en otro. La primera siempre será la mejor; la segunda, evita el despilfarro; la tercera invita al derroche y la última trae como consecuencia el gasto excesivo.
La mejor manera al gastar es presupuestar, así te guiarás siempre por un presupuesto. Porque si entra dinero y sale dinero nunca podrás construir un patrimonio a lo largo de tus años.
Te recuerdo al presupuestar de la regla 50-30-20: el 50% en gastos fijos, 30% en gastos variables y 20% en ahorro.
Ahorrar
Ahorrar es guardar dinero. Lo ideal es ahorrar y luego gastar, aunque lo más común es hacerlo al revés y ahorrar lo que sobra.
Si ahorras -sea de una u otra forma- hay que prestar atención a dos cosas: el por qué y el dónde.
¿Por qué ahorras? Podemos asociarlo a metas a corto plazo como un viaje, el enganche de una casa o carro, las fiestas del fin de año o los pagos de inicio del año; también para formar tu fondo de emergencia para imprevistos.
Incluso es necesario ahorrar para evitar usar una tarjeta de crédito y después pagar intereses por el préstamo.
¿Y en dónde ahorras? Para preservar el valor del dinero en el tiempo, no es lo mismo hacerlo en efectivo o en una tanda que en un instrumento formal con liquidez y rendimientos sobre la inflación para evitar que se pierda valor adquisitivo.
Invertir
Si el propósito que te mueve es generar riqueza y construir un patrimonio, tu camino es el de la inversión.
Se trata de pensar a largo plazo, asumir riesgos para obtener rendimientos más altos, hacer que tu dinero crezca para llevar a tu edad de adulta o tu retiro con libertad financiera. En pocas palabras: dejar que el interés compuesto haga su magia.
Al invertir la estrategia por excelencia es la diversificación. Esto implica distribuir los activos de una cartera de inversiones entre diferentes clases de activos, sectores, regiones geográficas u otros tipos de inversiones para reducir el riesgo global.
La perseverancia y el tiempo son factores de éxito. También es muy importante identificar tu perfil de inversionista para que conozcas tu tolerancia al riesgo. El problema es cuando hay desconocimiento y miedo de invertir, posponiendo la decisión.
Dicen que el mejor momento para invertir fue ayer pero el siguiente mejor momento es hoy. ¿Qué estás esperando?
Comments