Crear un patrimonio debería ser la primera decisión que deberíamos tomar al inicio de nuestra vida laboral, pero no siempre es así. Se requiere de organizar nuestras finanzas personales y en ocasiones de un cambio de mentalidad. Sin embargo, construir un patrimonio es nuestro camino hacia la libertad financiera.
¿A qué nos referimos con patrimonio? A los recursos que se han ido generando a lo largo de nuestra vida productiva, que son resultado de cómo hemos administrado nuestros ingresos y las decisiones que hemos tomado de ahorro, inversión, protección.
¿Qué tan buen o mal generador de patrimonio eres? Y no debemos confundir esta pregunta con cuánto es nuestro nivel de ingresos, sea el qué sea; mas bien lo que queremos conocer es el valor resultante de todos nuestros activos una vez que hemos descontado el monto total de la suma de nuestros pasivos.
“Lo importante no es cuánto ganas, si no cómo lo administras”
Identificar este valor del patrimonio, nos ayudará a saber la verdad sobre nuestras finanzas personales para entonces establecer nuestras metas financieras. ¿Lo hacemos?
Primero los activos
El primer paso es generar nuestra lista de bienes con su valor actual estimado. Podemos comenzar por ejemplo con el valor estimado de nuestra casa o departamento, no importa si estamos aún pagado la hipoteca.
Sigue estimar el valor de mercado de nuestro automóvil suponiendo que hoy lo vendiéramos. También revisar a cuánto ascienden nuestros ahorros o inversiones, en bancos u otras instituciones.
Incluso el saldo actual de nuestra Afore o nuestro Plan Personal de Retiro (PPR) -si es que contamos con uno, así como el valor en efectivo del Seguro de Vida del que podemos recuperar las primas o si es un seguro de ahorro, el fondo con el que contamos.
Ahora los pasivos
Ahora vamos a enlistar nuestras deudas u obligaciones para obtener el balance.
Si tenemos un crédito hipotecario por una casa, un departamento o un terreno, hay que anotar el adeudo actual. Lo mismo es si tenemos un crédito automotriz.
Si tenemos un préstamo personal o un préstamo de empresa, también se cuentan para el balance. Otros rubros son los saldos actuales en tarjetas de crédito o tiendas departamentales.
Ahora, a la suma total de activos le vamos a descontar la suma total de pasivos. Ese sería el valor de nuestro patrimonio.
Si los activos son mayores que los pasivos, tu patrimonio neto es positivo. Si los activos son menores que los pasivos, tu patrimonio neto es negativo.
¿Y el patrimonio esperado?
Aunque quizás no hay una fórmula exacta, encontramos una manera de evaluar el patrimonio esperado en el libro The Millionnaire Next Door de Thomas J. Stanley y William D. Danko, escrito en 1996.
La fórmula es simple: Multiplicas tu edad a tus ganancias promedio anuales antes de impuestos y divides el resultado entre 10.
Si la cifra es igual a nuestro patrimonio actual, significa que somos generadores promedio. Si la cifra es inferior seríamos sub acumuladores de riqueza y si es dos veces esta cifra seríamos unos prodigios acumulando riqueza.
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